La historia de origen de Echo vuelve a visitar a Maya López, cuyo comportamiento despiadado en la ciudad de Nueva York la alcanza en su ciudad natal. Debe enfrentar su pasado, reconectarse con sus raíces nativas americanas y abrazar el significado de la familia y la comunidad si alguna vez espera seguir adelante. 

Echo es, la primera superheroína nativoamericana del Universo Cinematográfico Marvel. El personaje es relativamente reciente en los cómics, habiendo hecho su primera aparición en ‘Daredevil Vol. 2, #9’ (1999) de la mano de David Mack y Joe Quesada.

Se trata de una atleta superdotada con unos tremendos reflejos visuales. Su mayor habilidad es, a la manera de Taskmaster, la capacidad de copiar los movimientos de su contrincante; por algo se llama Echo, ¿no? Sin embargo, Echo depende exclusivamente de estos reflejos visuales pues es sorda.

Su primera aparición fue en un cómic de Daredevil, con él que ha estado siempre vinculada en sus aventuras. Como tal, Echo se mueve, más que en grandes luchas cósmicas, por las cloacas de la ciudad. De hecho, es hija adoptiva de Kingpin, por lo que ha crecido rodeada de conexiones mafiosas.

Lo más importante de Echo es su conversión en Ronin, una identidad justiciera y de moral ambigua que ha sido adoptada por varios personajes en los cómics y que, en le UCM, ya hemos visto ocupada por Clint Barton. Echo pertenecerá así a aquella galería de personajes ni del todo bueno ni del todo malos a los que Marvel está prestando especial atención en esta Fase 4, especialmente en las series, junto a Loki, Yelena o John Walker de ‘Falcon y el Soldado de Invierno.