The Long Goodbye es una fiel adaptación de la novela clásica de Raymond Chandler, transportada al Tokyo de principios de los años cincuenta, con un aire y  un estilo completamente diferentes a la versión cinematográfica de Robert Altman en 1973 con Elliot Gould en el papel principal.

La adaptación de material no japones, para la realización de series, es un hecho muy aislado en el país del sol naciente,  que se basa casi siempre  en historias propias o adaptaciones de mangas o animes.

La  presencia en el papel principal de la megaestrella japonesa mas internacional de la actualidad Tadanobu Asano ( Hogun en  Thor, Battleship) ha sido aclamada de forma unánime por crítica y público y se ha convertido en la mejor serie japonesa estrenada este año, lo que ya es razón suficiente para que le dediquemos nuestro espacio del lunes, dedicado a las series remotas y lejanas.

Banji Masuzawa es un atrotinado detective que vive en su desvencijada oficina en el piso superior de un taller de coches de ocasión. Subsiste a base de pequeños casos, como perseguir cabareteras que desaparecen antes de la actuación, o infidelidades varias.

Su suerte cambia cuando entabla amistad con Tomotsu Harada, un borrachín, que se convierte en el principal sospechoso del asesinato de su mujer, una famosa actriz de películas de terror de la época. Al involucrarse en el caso, para intentar ayudar a su amigo, se ve envuelto en una telaraña de traiciones y conspiraciones que esconden toda una retahíla de secretos de la familia Harada.

Nuestro héroe es una persona integra y con unos valores éticos muy establecidos, con el honor y el respeto como santo y seña particular siguiendo los valores seculares japoneses. En cambio su entorno está cambiando, y el periodo de la posguerra se caracteriza por la adaptación a los nuevos tiempos, lo que no siempre significa progreso, al entrar en juego temas como la corrupción o la avaricia, a las que se debe enfrentar nuestro héroe.

La trama no se aparta apenas del escrito original, pero la ambientación en el Tokyo de los años cincuenta, consigue que sea como la primera vez que conocemos la historia, siguiendo los cánones del cine negro al pie de la letra.

La realización muy detallista, es perfecta para la serie, junto con una fotografía muy estilizada, con muchos contraluces y un grano muy matizado para rememorarnos esa época. Los decorados son esplendidos y recrean a la perfección el Tokyo de la posguerra lo que nos sumerge a la perfección en ese mundo desconocido para los occidentales.

La interpretación de Tadanobu Asano es espectacular, transmitiendo en todo momento, su pasado de hombre baqueteado y mil veces golpeado, levantándose siempre, aunque sea tambaleándose, en la mejor tradición del héroe del cine negro americano, el perdedor cínico pero adorable.

El primer episodio es una verdadera maravilla, al centrarse en la relación entre el detective y su nuevo amigo, y mostrarnos las claves estilísticas de la serie. El nivel desciende en los posteriores por la entrada en acción de los personajes femeninos, que como suele ser habitual en Japón son enfocados mas como muñecas de porcelana que como mujeres fatales, como requiere este tipo de papeles.

La blandura de las actrices encargadas de llevar por la calle de la amargura a sus protagonistas masculinos, es un lastre importante para la serie que ve como se le escapa un poco la gran calidad que tiene por esas costuras.

De todas maneras el resultado final, con estas salvedades, es mas que encomiable, y solo por ver la ambientación de la época y la magistral interpretación de Tadanobu Asano, es una serie mas que recomendable para los amantes de la ficción asiática y japonesa en particular.

Si desean comprobarlo con sus propios ojos, les dejo el enlace al primer episodio de la serie, subtitulado en ingles, para que puedan apreciar los aspectos estéticos de la misma.

The Long Goodbye es una serie muy diferente, tanto por el origen como por su realización,  a la gran mayoría de series japonesas que se producen, que suelen centrarse en dramas históricos o comedias románticas, aquí tenemos cine negro de gran calado, que los japoneses, como han conseguido con el whisky, han conseguido llevar a su terreno, con unos resultados mas que recomendables, solo les queda probarla, a ver que les parece.