The One , entre los títulos que se estrenan en Netflix en marzo , parecería (casi) la respuesta de la plataforma de streaming para rivalizar con Amazon y su serie antológica Soulmates . De hecho, las dos producciones tienen un concepto cada vez más popular desde hace algún tiempo: la hipótesis consiste en que en un futuro cercano (no muy lejano, por cierto) la ciencia puede intervenir para encontrar el amor. El alma gemela a un clic de distancia: en la miniserie The One , es una prueba de ADN. Una idea que, en realidad, en Estados Unidos, se ha traducido a la app de citas Pheramor.

Todo bonito, al menos en teoría: pero ¿qué importancia puede tener saber que, quizás, la pareja perfecta no es la persona que hemos elegido (sin pruebas)? Y, de nuevo, ¿cuánto y qué estaríamos dispuestos a hacer por el amor perfecto? Y, sobre todo, el amor ¿puede ser perfecto?

La ciencia ficción siempre implica cuestiones éticas, al igual que la tecnología en la realidad. Sobre todo si, de hecho, se trata de una ciencia ficción cada vez menos imposible.

La miniserie The One , es la adaptación televisiva de la novela La pareja casi perfecta (Newton Compton) de John Marrs. El foco de la serie, además de la prueba de ADN para encontrar la pareja perfecta, es el enigmático y polémico personaje de Rebecca, científica y experta en marketing de su empresa.

Sí, porque además de los dilemas que sugiere la serie, también hay una trama criminal que aumenta la intensidad de The One , escrita por Howard Overman, autor de Misfits, otros programas y la reciente adaptación de La guerra de los mundos.